El mensaje es claro: frente a la violencia, el genocidio y la opresión, apaga la televisión y no blanquees el sionismo.
La respuesta es simple: pues porque el Festival de Eurovisión, lejos de ser un mero espectáculo de entretenimiento, se erige como un campo de batalla cultural y político. Pedimos que no se vea para denunciar a Israel y su genocidio en Palestina, lanzando un grito por la humanidad, un clamor por la justicia y un desafío a la complicidad de los escenarios internacionales.
El arte y la cultura son herramientas poderosas de cambio y resistencia. El mensaje es claro: frente a la violencia, el genocidio y la opresión, apaga la televisión.
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