25 Abr 2024

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Cuatro presos propinan una paliza al agresor sexual de una niña de 8 años en la cárcel de Pamplona
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

Cuatro presos propinan una paliza al agresor sexual de una niña de 8 años en la cárcel de Pamplona 

La niña relató a una profesora varios meses después de lo ocurrido, lo que llevó a la detención del agresor

El sábado pasado, cuatro presos del centro penitenciario de Pamplona atacaron a A.J.B.L., el hombre encarcelado esta semana por un delito de agresión sexual a una niña de 8 años en Barañáin. Los internos abordaron al hombre durante el desayuno en una sala común del centro penitenciario, donde le propinaron puñetazos y patadas. A.J.B.L. tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario de Navarra para ser atendido de las lesiones que le ocasionaron los internos.

Los funcionarios de Instituciones Penitenciarias intervinieron para detener el ataque, y el hombre regresó al centro penitenciario después de recibir tratamiento médico. La dirección de la prisión ha iniciado una investigación interna sobre los hechos, y cuatro presos sospechosos de estar implicados en el ataque ya han sido aislados.

Los ataques de «justicia carcelaria» no son frecuentes en Pamplona, pero sí se han producido en el pasado, según fuentes cercanas al ámbito penitenciario. Este tipo de ataques suelen ser perpetrados por internos que buscan hacer justicia por su cuenta y vengarse de otros presos que han cometido delitos especialmente graves. Los presos que participan en ataques de este tipo suelen ser aislados y enfrentarse a cargos por delitos de lesiones.

Entre 10 y 15 años de prisión

El hombre apaleado en la cárcel, A.J.B.L., fue detenido el pasado jueves después de comparecer ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5. La juez acordó su ingreso en prisión provisional sin fianza por un delito de agresión sexual a una niña de 8 años en su domicilio de Barañáin. Este delito está penado en el Código Penal con entre 10 y 15 años de prisión.

El hombre, de nacionalidad española, se llevó a la niña de un parque de Etxabakoitz en agosto del año pasado. La agresión sexual se consumó en su domicilio, donde el hombre amenazó a la niña con matarla si contaba lo sucedido a alguien.

Una compleja investigación para identificar al agresor sexual

La niña relató lo ocurrido a una profesora varios meses después de la agresión, durante una sesión sobre sexualidad y otras cuestiones. Los agentes de la Unidad de Protección y Atención Social de la Policía Municipal de Pamplona iniciaron entonces una compleja investigación para identificar y localizar al supuesto autor de los hechos.

La colaboración de la Policía Foral fue clave para la detención del agresor sexual, que se produjo el pasado martes. La detención ha permitido que el hombre sea procesado por estos graves delitos.

La ley de talión

La ley del talión, también conocida como «ojo por ojo», es un principio que ha existido durante siglos en diversas culturas y sociedades en todo el mundo. Se basa en la idea de que la justicia se logra mejorando el dolor y el sufrimiento en quienes han causado daño a otros. Si bien la justicia penal moderna se basa en principios muy diferentes, hay una norma carcelaria no escrita que parece seguir esta filosofía: la agresión a los presos acusados de agresiones sexuales a menores.

Esta práctica, que parece haber surgido de manera orgánica dentro de la cultura carcelaria, ha sido objeto de controversia y debate en los últimos años. Sin embargo, a pesar de las críticas, la norma de agredir a los presos acusados de agresiones sexuales a menores sigue siendo una realidad en muchas prisiones de todo el mundo. Se dice que algunos presos se han tomado la justicia en sus propias manos y ven la violencia como una forma de asegurarse de que los delincuentes sexuales reciban su merecido. Según algunos informes, incluso los funcionarios de prisiones han admitido que saben que los presos acusados de delitos sexuales a menores son particularmente vulnerables en la cárcel, y algunos incluso los han descrito como «blancos fáciles» para la violencia.